mayo 05, 2009

Bienvenidos a Europa

Previo al Gran Premio de España 2009

Fernando Alonso levanta su cabeza, mira a las gradas y comprueba que sus aficionados han ido mutando a lo largo de los años: azules, grises y ahora naranjas. Son fieles. Fieles a pesar de los malos tiempos. Fieles a pesar de los tan de moda antialonsistas, como toda moda, pasajera y estéril. Fieles a un estilo. Fieles a un campeón… Él lo sabe, a pesar de su timidez, de su carácter disonante que tanto molesta a los ingleses y a los políticamente correctos. Él no regala falsas sonrisas. Y la sinceridad, claro, no está bien vista. Pero hoy corre en casa, y el calor que llueve de miles de gargantas está dirigido a él. Y da igual el resultado. Corremos en casa.


Un nuevo mundial


La Fórmula 1 llega a casa. Tras cuatro citas en tierras lejanas, todo el tinglado ya está en tierras europeas. España es la primera cita, y el calor ambiental y humano no faltará. Es el momento, además, de probar las nuevas soluciones, los desarrollos mecánicos, las novedades reservadas de las escuderías. Montmeló será el escenario de un nuevo mundial, donde los equipos tratarán de sacar lo mejor de sí mismos. Todos quieren mejorar algo, y quien no lo haga se quedará rezagado, como comenta Mario Theissen, de BMW-Sauber: “El gran premio de España representa tradicionalmente el segundo comienzo de la temporada". En BMW están impacientes por comenzar esta carrera, como asegura Robert Kubica: “Estoy deseando correr en Barcelona. La carrera será reñida”. BMW quiere recuperarse en el mundial, y lo intentará con novedades, como explica Robert: “Vamos a traer un nuevo conjunto aerodinámico, y esperamos mejorar de manera significativa en comparación con nuestros resultados recientes, pues nuestro objetivo es cerrar la brecha que tenemos con los mejores equipos". De lograrlo, no lo harán con nuevo difusor, pues dicho elemento no se montará en sus monoplazas este fin de semana por falta de tiempo.


Fernando Alonso, un campeón en el pelotón


Tampoco Red Bull, el equipo más cercano a Brawn GP, montará la versión definitiva de su nuevo difusor en Barcelona. Pocos serán quienes lo hagan. Brawn podrá así seguir sacando partido de su ventaja aerodinámica.
Quien también lo intentará será Fernando Alonso, cuyo fondo plano de su monoplaza sigue siendo su principal baza. El español sabe que ha de contentar a su público, hambriento tras tanto tiempo sin bañarse en champagne, pero reconoce que poco puede hacer frente a equipos otrora tan débiles y ahora tan poderosos: “Los líderes son grandes equipos, aunque los llamemos pequeños. No son tan pequeños, incluso tienen más recursos que Renault”. A Fernando le tocará remontar otra vez, seguramente, luchando en los puestos del pelotón. Eso si no hace otra jugada maestra como en China, con escasa gasolina en los entrenamientos para lograr una buena posición en parrilla. Aunque de poco sirve si luego la estrategia no es ganadora. En la arrancada, eso sí, podrá echar mano del KERS en una recta larga, casi interminable, de las que se le dan de maravilla. Ahí podremos ver las mejoras maniobras del español, cuando las luces rojas se apaguen y Fernando sienta el empuje extra el KERS y del calor de sus seguidores.


La rebelión de Barrichello


Pero si a alguien habrá que vigilar de cerca es a Ferrari. La Scudería ha protagonizado el peor inicio de campeonato de toda su historia, y Barcelona será una nueva prueba de fuego que será vista con mil ojos desde la sede en Maranello. La crisis roja les ha llevado al antepenúltimo lugar de la clasificación.
Muy lejos de Brawn GP, la revelación del año que, pase lo que pase sobre el caliente asfalto de Montmeló, seguirá siendo el líder tras la carrera española, pues su ventaja es tal que Red Bull (en el mejor de los casos) no podrá remontar los veintitrés puntos que le distancian de los chicos de Ross Brawn. Lo mismo le pasará a Jenson Button: seguirá siendo el líder del mundial cuando la bandera de cuadros en España caiga sobre el vencedor, pues el segundo clasificado (Rubens Barrichello) está a doce puntos de su compañero. El duelo entre ambos se espera, a pesar ello, brutal. Como si de una nueva guerra Prost-Senna se tratara, el fratricidio está en el horno; Barrichello asegura que es capaz de vencer a Button, y quiere demostrarlo: “Sé que puedo rodar más rápido que Button”. El veterano brasileño quiere devolverle el título mundial a su país, ahora que Massa parece tan lejos matemática y psicológicamente, antes que tener que colgar el casco. Desde que saliera de Ferrari escarmentado por el trato que recibió (siempre haciendo favores a Schumacher), Rubens ha cabalgado de equipo en equipo buscando un sitio que nunca encontró. Como un alma errante, da con sus huesos casi de casualidad con un equipo ganador, pero es su compañero de equipo el que triunfa. El bueno de Rubens, obstinado, no se dejará vencer tan fácilmente. El brillo en sus ojos sigue demostrando que, pese a los años, en su interior aún guarda la ilusión de poder guardar en su vitrina el trofeo de campeón del mundo. Han pasado nueve años desde que lograda su primera e increíble victoria en el viejo y verdadero Hockenheim, en una carrera loca, pero sus manos siguen siendo las mismas que ansían volver a descorchar esa botella de champagne que salpique al público desde lo más alto. Quién sabe si España será testigo de su primera victoria en Brawn GP.


Hacedlo por Enzo


El Gran Premio de España llega en medio de otra crisis: la de la relación entre la FIA y Ferrari. Los planes de la Federación de un nuevo límite presupuestario para 2010 ha escandalizado a Montezemolo. La respuesta de Mosley ha sido, ni más ni menos, despreciar al “cavallino” hasta el punto de asegurar que la Fórmula 1 podría vivir sin ellos. La nueva réplica de Maranello quiere cerrar guerras inútiles, huyendo de “polémicas fáciles que resultan dañinas para todos los deportistas”. Y es que, de lo que quieren preocuparse en Ferrari es de su nuevo F60. Marc Gené probó la evolución del monoplaza rojo (el F60B), el pasado 2 de mayo. Quince kilogramos menos de peso es el resultado de una concienzuda labor de adelgazamiento aplicada a todos y cada uno de los componentes del bólido. La idea es optimizar el rendimiento del KERS para lograr las décimas perdidas. Unas décimas también ayudadas por el nuevo difusor doble, visto por primera vez en Ferrari en esta carrera. Todo debe confluir perfectamente hasta un rendimiento óptimo de todos los elementos, para volver a hacer rugir al “cavallino”, para volver a hacer soñar a los “tifosi”, para devolverle a la Fórmula 1 el aliciente rojo que se espera en cada temporada. Quizás no lleguen a tiempo a luchar por el mundial, quizá no puedan conseguir ningún campeonato, quizá no arrasen como cuando Schumacher pedía perdón por ganar una vez, y otra, y otra… Pero Ferrari debe resurgir, tarde o temprano, y sellar la temporada con algún resultado decente. Aunque sólo sea por Enzo.


Gripe F1


Ni el calor ni la fiebre porcina (o gripe cerca, que diría ese filósofo llamado Berto), evitará que los aficionados acudan de nuevo en masa al circuito de Montmeló. Un circuito castrado, capado, destrozado en parte, por la aberrante última sección del trazado, otrora un auténtico desafío de alta velocidad que ponía los pelos de punta, y ahora poco menos que un trozo de asfalto que los pilotos pasan como mero trámite antes de llegar a meta.
La excusa, como casi siempre, fue la seguridad y la alta velocidad de los monoplazas, que es como decirle a un torero que no salte a la plaza por si el toro le pincha. Lo de que produciría más adelantamientos nos lo creímos, pero era mentira, un fraude: la nueva ese no propició ninguna lucha, ninguna pasada, ninguna situación que el viejo trazado no nos hubiera brindado por igual. Resultado: otro circuito destrozado por la enfermiza manía y el absurdo pánico de la FIA con que los coches de Fórmula 1 corren. ¡Horror! ¡El Apocalipsis! ¡Los Fórmula 1 corren mucho! ¡Qué insensatez! A pesar de todo, la pista sigue ofreciendo alicientes a los pilotos, como comenta Kubica: “Es agradable de conducir y bastante difícil. Hay algunos puntos de alta velocidad, algunos con poca y una zona con muchas frenadas”. Sin embargo, como los equipos la eligen como una de las principales pistas de pruebas y entrenamientos de pretemporada, todos conocen de sobra sus secretos, y las carreras suelen convertirse en procesiones que sólo la lluvia es capaz de romper: “Como todos hemos rodado aquí muchos kilómetros, creo que podría conducir con los ojos cerrados”, asegura Kubica. Lo que nosotros esperamos es que el Gran Premio de España de este año no nos deje a nosotros con los ojos cerrados. Esta carrera se presenta, a priori, calurosa y seca; es decir: un gran premio normal, sin la locura de la lluvia ni otras anomalías que adulteren una competición normal, por lo que será la prueba de fuego de las medidas de la FIA. Tantas polémicas, tantos alerones y tantos cambios deben traernos más emoción, porque es lo que nos prometieron. Este domingo veremos si mereció la pena.

Redacción Thef1.com
- Héctor Campos

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